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martes, 15 de febrero de 2011

DISCRIMINACIÓN DIGITAL


Últimamente, con todo el revuelo causado por la llamada Ley Sinde (de la cual quizá hablaré en otro momento), a muchos se les ha olvidado la existencia de una injusticia relacionada con los derechos de autor que nos afecta actualmente.

Y es que yo también soy creador, creo contenidos literarios y gráficos. Son conceptos, ideas; que tras darle muchas vueltas y madurarlas transmito a un formato digital, y de ahí, al papel y a su venta. Vendo prácticamente toda mi obra a una empresa que la distribuye. No soy ni famoso ni rico, pero vivo de ello.

Hasta aquí muchos pueden pensar que soy novelista, compositor, guionista, o que ejerzo cualquier otra profesión relacionada con el espectáculo basado en la propiedad intelectual y que la empresa a la que hago referencia es una discográfica o editorial. Pero no es así.
Mi obra y la de mis compañeros se vende a otras empresas en conjunto, como un grupo de música o de guionistas. Pero tampoco es el caso.

No, no es el caso: realizo proyectos de ingeniería y arquitectura.

Pero a diferencia de novelistas, cantantes, compositores y demás, cobramos nuestra obra una sola vez, no cobro cada vez que alguien disfruta de mi trabajo. Cierto es que el fruto de mi trabajo es más caro, pero también es cierto que por lo general ganamos solo lo suficiente para poder vivir dignamente. No me imagino un edificio en el cual, para vivir en el, además de hipotecarse hubiera que pagar una renta en concepto de derechos de autor al arquitecto que los diseñó y/o sus herederos.

En mi caso, alguien también podría colgar mi obra en una web, pudiendo ser descargada por cualquiera y ser utilizada para su propio lucro, pero yo no recibo mi parte de eso que llamamos canon digital, supuestamente creado para proteger a los que crean contenidos como yo.

¿Cómo yo? No, como yo no.

“Hombre, es que el canon se destina única y exclusivamente a aquellos que crean contenidos culturales” argumentan algunos. A esos yo les digo que lean la definición de cultura de la R.A.E., a ver si luego son capaces de defender que la arquitectura o la ingeniería no encajan en la misma, ¿o es que a alguien se le ha ocurrido pensar que la fachada de la Sagrada Familia no es incluso arte?

Con todo esto no quiero decir que todos los que crean contenidos intelectuales deberíamos llevarnos tajada de lo que se recauda con el canon, lo que por otra parte produce muchas dudas de quien y como reparte el botín. Lo que realmente creo es que el famoso canon digital debería desaparecer por muchos motivos, entre los que se encuentra que solo beneficia a unos pocos creadores, pero solo de la industria del ocio y no a todos creadores de contenidos intelectuales, como bien define Sonicando en su genial artículo.

¿Acaso sus contenidos son más importante que los nuestros? ¿Su obra es más necesaria? Si el día de mañana nadie compra lo que vendo, ¿el gobierno también impondrá medidas para financiarme y poder seguir trabajando en un producto que no es rentable?

No lo creo…

También podría hablar del hecho discutible de si es o no constitucional el hecho de que interpreta que todos los elementos gravados con el canon van a ser utilizados para violar derechos de propiedad intelectual, acusando al comprador de ser culpable sin necesidad de demostrarlo y no al revés, tal y como dicta la carta magna. Pero creo que eso ya está más que hablado por personas que realmente entienden del tema.

Con todo ello, creo que hay que luchar con la mal llamada piratería, pero no de cualquier manera. Y maneras que lo único que hace que los usuarios que pagan les cueste cada vez más acceder a los contenidos o medios debido a precios abusivos, no son las correctas.

Puedo decir en voz alta y sin miedo que consumo discos duros, CD’s, DVD’s, software, etc… pero que por economía los compro en el extranjero. Por ello no soy un pirata. Soy un usuario que paga impuesto de importación, y cuando esto merece la pena, es que medidas como el canon digital le hacen un flaco favor al comercio dentro del país.

Y si encima son medidas que no consiguen su objetivo, que alguien me explique por se mantienen en vigor. O lo que es peor, porqué se sigue trabajando en la misma línea.

Lo más triste es que mientras el gobierno recauda millones de euros para repartir entre los miembros del negocio de la farándula, los científicos que quieren salvar vidas casi tienen que mendigar para subsistir. Y seguro que a ellos les debemos mucho más.

martes, 8 de febrero de 2011

IMPRO K.O.


El pasado domingo, día 6 de febrero, pude disfrutar en la Sala Cachorro de Sevilla de un espectáculo teatral bastante divertido: Impro K.O.


El espectáculo consta de tres actores que, bajo unas sencillas reglas que explican de una manera muy amena durante el show, van improvisando sketches inspirados en situaciones, palabras y actitudes que sugiere el público de una manera totalmente aleatoria.

Grandes dosis de humor, improvisación y una abundante participación del público. Todo ello unido al aliciente de que seguro en cada sesión es totalmente diferente hacen de Impro K.O. una gran propuesta en la que incluso dan ganas de repetir, ya que aunque la mecánica no te sorprenda la segunda vez, sí te hará reír.

ENLACES:
WEB SALA EL CACHORRO:http://www.salaelcachorro.com/